NUESTRO SHIN GI TAI


 

 

        Se acerca el fin de semana, después de unas fiestas de Navidad, y eso implica un momento de paz y descanso para muchos personas que trabajan, pero para otras almas ese momento significa enfrentarse a sus demonios interiores o a aquello que les quita el sueño desde hace tiempo, ya que es cuando más tiempo tenemos para pensar.

          Decirles a estas personas que utilicen su Shin Gi Tai. Me explico. Es una palabra japonesa que significa Shin (el Espíritu), Gi (la Técnica) y Tai (el Cuerpo); creo que no hace falta que me extienda mucho más en explicar detalladamente estos conceptos, ¿verdad?, pero quizás debería hacer un alto en la palabra KI (es el símbolo que he incluido en este artículo). También es una palabra de origen japonés que tiene una difícil traducción al castellano, pero que vendría a significar la energía vital que anima a todo ser vivo, por lo consiguiente a la presencia misma del espíritu. Complejo, lo reconozco, pero no exento de verdades, lo cual nos anima a profundizar en ello.

     Para ponernos en situación, debería antes explicar en que se basan estas palabras. Todo viene del código Bushido de los Samuráis, desgraciadamente abolidos en el 1870. En dicho código, a parte de toda la filosofía que conlleva y del modo de vida, hay aspectos perfectamente aplicables a nuestra vida actual, no en vano la cultura oriental y la de los Samuráis es milenaria. Será por alguna cosa, ya que la explicación que son sociedades atrasadas no está fundamentada bajo ningún prisma antropológico ni científico alguno.

Hay 7 puntos en el código Bushido que son estos:

- GI - Honradez y Justicia
- YU - Valor Heroico
- JIN - Compasión
- REI - Cortesía
- MEYO - Honor
- MAKOTO - Sinceridad Absoluta
- CHUGO - Deber y Lealtad

       Y ahora hagamos el proceso interno de autoanalizarnos y ver cuantos de estos principios seguimos en nuestra vida, en nuestro día a día, en nuestras relaciones sociales o sentimentales, y sobretodo, y lo más importante si creemos en ello. Llegaremos fácilmente a una conclusión cada uno de nosotr@s de forma unánime: Nos gustaría que fueran así las cosas ¿verdad?.         Otra cosa es si lo que hacemos y decimos se ajusta en alguna medida a este código. No estoy diciendo que sea el mejor de ellos, ni un modelo inflexible a seguir, pero cuando conoces otros modos de pensar, de ver las cosas, quizás acabas por responderte a aquello que tanto te preocupa y que no te deja dormir o vivir en paz. Debemos de separar ciertas cosas de nuestra vida, y no focalizar esfuerzos en cosas que realmente no tienen una solución a corto plazo, y analizar el mejor modo posible para poder conseguir ser lo que queremos o aquello que necesitamos superar.

      Puede ser incluso que aplicando un SHIATSU onírico (Shiatsu significa masaje en Japonés) a nuestra alma, los problemas desaparezcan o no los veamos cómo tales. ¿No es quizás que los occidentales nos estresamos solos? (y no me refiero en al ámbito laboral, que ese es un capítulo aparte), y le damos demasiadas vueltas a las cosas. Puede ocurrir que la respuesta este delante nuestro, y no la hayamos visto o que pensemos que no puede ser que eso sea tan sencillo de solucionar.

       La niebla, no siempre impide ver el bosque, a veces la oscuridad del pozo del que siempre hablamos que nos vemos dentro sea una oscuridad autoinducida, una forma cruel de flagelarnos el alma y ese Shin (espíritu) que no conseguimos pueda descansar en paz.

        La vida siempre se abre camino, como el agua entre las rocas, y ni las montañas más altas y robustas son capaces de detener esa corriente vital que inunda nuestro planeta. En nosotros mismos reside la llave de solucionar nuestros problemas, de salir del pozo, de ver el sol que alumbra aquel territorio del paraíso que se llama VIVIR. Dejar de respirar por voluntad propia significa no haber comprendido el sentido del juego vital en el que nos han metido cuando nos crearon y nacimos, y que aunque no lo veamos de este modo es esa precisamente la magia de la existencia.

         No dejéis nunca de ser vuestros/as magos/as, siempre nos pasa algo a lo largo del día que hace que cuando nos acostemos por la noche para descansar y cerremos los ojos pensemos que hoy también ha valido la pena dar grandes bocanadas de aire para respirar.

EL SILENCIO DE LA SOLEDAD


 

    John Lennon dijo: La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes.

      Nunca me lo había planteado de este modo, y quizás incluso sea cierto. Puede que nunca nos detengamos lo suficiente como para ver con cierta perspectiva que nos va sucediendo y que es lo que hemos dejado atrás. En que hemos influido y que tipo de huella nos ha ido dejando esos momentos que hemos vivido. Pero no es un ejercicio sencillo, y encima nunca lo practicamos a menudo. Hay un motivo para ello, aunque no lo reconozcamos, y es que hacemos las reglas para los demás y las excepciones para nosotros mismos. Y eso no es nada bueno, porque nos aleja del objetivo de hacer de nuestro día a día un lugar soportable y podamos compartir con alguien aquello que nos ha ocurrido a diario.

       Pero queremos controlarlo todo, atar esos cabos sueltos que creemos poder detectar, antes de ocurrir nada que nos rompa los esquemas que nos hemos fijado. Procuramos remendar, cual zapatero de barrio, aquellos desagravios que hayamos inflingido a esos seres que nos rodean, que forman nuestro microcosmos particular de esa existencia que tenemos pero que deseamos cambiar a mejor. Y a veces desfallecemos en ese arduo intento, y no nos cansamos de pedir perdón o realizar actos de redención desmesurados para apelar al corazón bondadoso de quién hemos ultrajado o humillado de algún modo, por muy leve que nos haya parecido.

       Pero seguimos sin hacer lo más importante para poder conseguir lo que nos proponemos: que es perdonarse a uno/a mismo/a. Nunca nos pedimos perdón a nosotros mismos, y decimos que errar es humano, pero nosotros nunca erramos, o al menos eso queremos creer; y somos los primeros que nos inflingimos el peor de los daños posibles, el peor de los maltratos a nuestra alma inventados, hasta que esta cede ante la tiranía que le practicamos cual sibarita de la tortura, y entramos en estados de apatía, de depresión, de tantas cosas que evitamos ser felices cómo en realidad nos merecemos. Quizás nos autocensuramos demasiado o tenemos miedo de ser nosotros mismos.

       A menudo nos cuesta distinguir si lo que nos ocurre forma parte del pasado, o es el presente que se repite sin dejar el paso natural al futuro, y un déjà vu constante lo invade todo para no dejarnos evolucionar hacia otro estado de nuestro conocimiento interno.

       ¿Cuándo se es consciente de que aquella persona que amamos nos llevará a la locura?, ¿Cuándo podemos echarnos atrás sin tener esa sensación de haber desperdiciado unos años de nuestra vida?, ¿Cuándo merece ser defendido aquello por lo que no creemos y nos tambalea nuestros principios?, ¿Cuántas lágrimas has de dejar caer para apaciguar ese dolor que te consume el corazón?, ¿Cuánta felicidad ajena has de presenciar para que te den sólo un poco de la que te pertenece?.

 

       Escoges un trozo de cielo al azar por la noche, y cuentas las estrellas, te imaginas lejos, en el universo, envuelto en ese silencio que tanto buscamos, para poder pensar y encontrar una solución a los problemas que acechan a tus células cual cáncer que ya ha metastizado de un modo agresivo y terminal, y cómo ese ataque al corazón que no te avisa y no te permite despedirte de los seres que quieres; pero te das cuenta que no quieres volver al pozo del que saliste y vuelves de tu viaje hacia el infinito para pisar tierra firme de nuevo, y entonces empiezas a ver a las personas que te cruzas por la calle o que hablas de un modo distinto. Quizás sólo necesitabas ese momento de la soledad con su silencio para ver las cosas del modo que en realidad son.

 

Blackfield - 1,000 People

 

 

 

 

 

 

MINORU


Minoru significa en Japonés "realidad". Una realidad que a veces se nos antoja escurridiza.

 

Alan Kay dijo: "La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo".

 

     Sucede que a veces, no sabemos el motivo, pero nos parece que despertamos de un sueño que nos ha mantenido apartados de la vida cotidiana durante demasiado tiempo.

     Y sucede a veces, pero no sabemos que hacer en esos momentos en los que los párpados superan, en un tremendo esfuerzo titánico, la fuerza de la gravedad, y consiguen hacer que entre la luz del sol a nuestros ojos, e interpreten esa explosión cromática, dándole las formas en tres dimensiones, intentando no marearse al añadir profundidad, para que el corazón vuelve a latir después de ese letargo que lo ha mantenido inerte al paso del tiempo.

     Sucede que a veces, notamos que no estamos solos en cada paso que damos. Pero aunque no creamos en ellos, hay ángeles entre nosotros. Cada persona tiene el suyo, a veces es un desconocido, a veces es un familiar que nos dejó, a veces es alguien vivo que conocemos. Pero no intervienen a cada momento, saben cual es el instante preciso, y nos salvaguardan de los múltiples errores que comentemos con sólo levantarnos cada mañana. Y eso es precisamente lo que nos hace tan humanos, nuestro derecho a equivocarnos, a repetir los errores cuantas veces necesitemos, pero también a querer volver atrás para cambiar cosas de nuestra vida, lo cual nos condena al fracaso antes de empezar.

      Nos duele ser conscientes que eso no ocurrirá nunca. Nos duele pensar que ese dolor ya está inflingido. Nos duele saber que quizás no nos perdonen nunca. Nos duele pensar que hemos hecho daño a una persona que queremos.

      Sucede que a veces, queremos ser mejor personas sin saber con exactitud como lograrlo, o hacerlo. Sucede a veces que no nos damos cuenta, y ya somos esas buenas personas que deseamos ser, con el corazón tan grande que el ruido de los latidos ensordece a nuestro paso la tranquilidad de la ruidosa ciudad. Pero no lo vemos, no vemos que quién tenemos a nuestro alrededor nos demuestra constantemente con su amistad, su amor, su sinceridad, su fidelidad, sus risas, sus abrazos, sus besos, sus silencios, que somos importantes, que no nos quieren perder por nada del mundo, y que morirían al igual que nosotros moriríamos sin dudarlo por aquellos seres que queremos con tal fuerza e intensidad que romperíamos el corazón en dos si no lo controlásemos.

      Sucede que a veces, mirar al pasado sólo nos sirve para llorar y sufrir, pero nunca para avanzar. Y sucede que a veces, deseamos tanto el futuro, que vivimos en él, en un futuro de fantasía, que no existe y que hacemos nuestro nuevo hogar. En cambio, el presente, sólo nos damos cuenta que lo tenemos cuando nos ocurre en ese instante preciso algo que nos perturba y nos sacude el cuerpo violentamente. Sólo existe el presente, y sucede a veces que olvidamos vivir en él.

 

Yann Tiersen -- Naval

 

 

 

LÁGRIMAS EN EL CIELO


 

     Antes de empezar a leer el artículo, recomiendo que se escuche la canción de fondo a la vez que se lee, ya que de este modo es como fue escrito, es decir con este tema en concreto sonando una y otra vez.

     Los norteamericanos Counting Crows, con el tema Raining in Baltimore del álbum August And Everything After del año 1993. En este clip sólo hay la letra de la canción en pantalla, no existe un videoclip de este tema en concreto.

     Sam Keen, escritor y filósofo norteamericano dijo: "Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona perfecta".

 

      Dentro de poco tiempo, unos meses no mucho más, a mediados del próximo año 2010, dos de mis mejores amigos se casan con sus respectivas parejas. Uno de ellos, ha tardado muchos años en dar este paso, lo quiero y lo trato como a mi hermano, daría la vida por él sin dudarlo. Siempre se han querido él y su novia, con locura, con firmeza, con confianza, y han querido dar un paso más en su relación eterna.

       En un año tendré dos bodas, lo que no está nada mal, podré sacar el traje Armani que tengo en el armario guardado. Es la joya de la corona de mi vestuario, y del cual mejor no comentar lo que me costó, la cifra haría palidecer a Paris Hilton; pero bromas a parte, al menos me queda bien, y eso ya es mucho. No estoy para comprar dos trajes, a lo sumo una camisa y corbata diferente. Eso si no me piden ir en tejanos o con un vestido de noche.

        Podrán decirse de nuevo, el día de su boda, aquello que hace tiempo se dijeron susurrándose al oído, palabras prohibidas, palabras de cariño, de amor, de inmortalidad del ser.

 

      En el amor, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es adicional. No hemos de olvidar nunca que el primer beso no lo damos con la boca, sino con la mirada, con esa mirada de ternura que miramos de transmitir, en esos escasos segundos que entramos en su alma y que a la vez dejamos indefensos la puerta abierta de la nuestra, para que si lo desea entre en ella. Cuando eso ocurre, y nos encontramos frente a frente con esa persona, sin quererlo ha sido capaz de detener el tiempo del universo, para darnos un abrazo que el cielo nos ha regalado. Es justo el instante en el cual una voz interior, nos dice sin lugar a dudas que esa persona nos gusta mucho más que el resto conocido hasta ese instante.

 

      El amor implica un fenómeno tan raro y extraño que se puede vivir toda la vida sin encontrar el ser a quien la naturaleza ha concebido el poder de hacernos felices. Puede que nunca llegue a darse ese destino, y que nuestra alma gemela, por desgracia, nunca lleguemos a cruzarnos por serendipia.

       José Ortega y Gasset decía, con toda la razón del mundo: "hay quien ha venido a este mundo para enamorarse de una sola persona y, consecuentemente, no es posible que tropieze con ella".

        Si la leemos de nuevo, despacio, sin llorar, veremos que es cierta, quizás no sea nuestro caso, pero la frase sigue siendo cierta. Hay personas que se enamoran cada 20 minutos, y que no conciben el presente sin estar permanentemente en ese estado bioquímico de enamoramiento, aunque no sepan ni que significa esa palabra en realidad; pero también hay quien a día de hoy no ha encontrado su alma gemela, y se marchita, se desespera, se agobia, se enfurece, se entristece, y se maldice. Craso error. Esas personas han de levantarse cada mañana con el corazón lleno de esperanza, de ilusión, y con el convencimiento de que si lo desean con todas sus fuerzas, el futuro se puede cambiar.

 

       El amor es un aprendizaje, amar es enamorarse de la misma persona todos los días, sin hacer antigüedad mirando al pasado, evitando la monotonía, pero sobretodo, amar es ante todo comprender al otro. No se trata sólo de querer. Amar es hacerlo cuando no se lo merezca en algún momento de la relación, ya que es cuando más lo necesita, y si es amor verdadero nunca te reprochará nada, nunca te dirá que nunca has estado ahí, a su lado, porque no será cierto.

 

       Mis amistades se preocupan por mi. Algo que en verdad me enorgullece, y me alaga en exceso. Pero siempre les digo que cuando exista alguien que aunque sepa que yo no puedo volar, y esta persona consiga hacerme sentir que lo puedo hacer, entonces sabré que es ella y no otra, la persona que quiero amar sin pedir ser amado.

       Se ríen, preocupados, no les culpo, y de vez en cuando me sueltan una colleja para decirme que despierte, que ya va siendo hora, después de cuatro años, que vuelva a rehacer mi vida sentimental. Siempre acabo este tipo de conversaciones diciéndoles que la peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado, hablar con ella y saber que nunca la podré tener. La parte femenina de mis amistades me miran con ojos maternales, sé que me protegen, para evitar que me hagan daño, aunque les diga que no pasa nada, que no sufran, que soy feliz así, y que iré a su boda solo, pero que mi sonrisa no la podrá borrar nadie de mi rostro, ni cuando me muera. Sonríen, y me acarician la espalda con cariño.

        Les devuelvo una sonrisa de afecto para que dejen de preocuparse, y les susurro al oído: "lo que ocurre es que yo he nacido para amar a una sola mujer, y ella de momento no me ha encontrado, pero la seguiré esperando, mientras miro las estrellas, y sigo sonriendo"

 

COUNTING  CROWS -- Raining in Baltimore

 


 

 

 

DETRÁS DE LA TORMENTA


 

Antes de empezar a leer el artículo, recomiendo que se escuche la canción a la vez que se lee, ya que de este modo es como fue escrito, con este tema de Steven Wilson, líder del grupo Porcupine Tree, sonando de fondo.

Confucio dijo: "Nuestro mayor orgullo no ha de ser el no haber fracasado nunca, sino, en cambio, el habernos puesto de pie cada vez que hayamos caído."

 

    Ayer, una suave brisa de verano acercaba por el horizonte, con lentitud, unas nubes grises. Amenazaban con llover al instante. Quizás así puedan llorar los ángeles sin que se les note demasiado. A veces, incluso ellos, han de desahogarse.

 

     El calor sigue azotando a todo el mundo, en este verano amargo para muchas familias, que sin quererlo se han encontrado sin dinero para irse de vacaciones con sus hijos; mientras, los de siempre, esos nuevos ricos de cartón piedra, creyéndose inmunes a todo esto, siguen despilfarrando esos papeles de colores del monopoli real, con una desfachatez inusitada, arrogante, y maliciosa.

 

     "Nunca sale nada como uno lo planea", suelo decirme de vez en cuando, entre susurros, como si de un secreto se tratara. Digo esto porque trabajo rodeado de bastante gente en mi día a día, pero aunque parezca tan acompañado, llevo unas semanas que me siento profundamente solo, demasidao solo. Nunca antes me había ocurrido. Siempre he vivido muy bien con mis momentos de soledad, con mis cafés sin necesidad de llamar a nadie, con esas tardes en el cine viendo solamente la pantalla gigante sin más compañía que la dispensada por unas palomitas y una botella de agua, o con esas conversaciones luego conmigo mismo preguntándome que me ha parecido la película. Pero últimamente me invade una sensación extraña de soledad, de vacío en el estómago, de incomprensión,...

 

    ¿Qué ocurriría si de repente desapareciera?, ¿me hecharía de menos alguien?, ¿me llorarían desconsoladamente?. A veces me pregunto, aunque os pueda parecer una soberana gilipollez, si en realidad le importo a alguien, si en realidad alguien me quiere, si en verdad les soy útil a mis amistades.

Si he de ser sincero, no lo sé, no tengo una respuesta clara y contundente sin pararme a dudar, y no tengo claro si de repente desapareciera, quien me lloraría, quien me recordaría durante años, quien me amaría hasta el fin de los tiempos.

 

     Nunca antes me había ocurrido algo así. Sólo recuerdo haberme sentido de este modo cuando tenía 8 años, y me encontraba sentado en el suelo de la cocina en casa de mi abuela, mientras yo jugaba y ella cocinaba. Fue ahí, rodeado de baldosas verdes y negras, cuando lo ví claro, cuando me dí cuenta de todo, de que estaba solo en este mundo y que siempre sería así.

     Mis amistades, me llenan mucho, no se trata de eso, ellos/as me dan esa dosis de realidad que hace que no desfallezca y que siga adelante. Pero cuando no están a mi lado, o hace tiempo que no les veo, es cuando noto ese vacío que me consume las entrañas poco a poco, causando dolor y sufrimiento. 

Posiblemente sea una tontería, o una etapa nueva en mi vida, un círculo que se cierra para dar paso a otro nuevo y mejor. Quizás por eso me siento así.

 

     Mientras escribo estas líneas, me encuentro sentado en el bar de mi ciudad, donde suelo ir a menudo, con el ipod escuchando el tema de Steven Wilson y una libreta. Delante mío hay una pareja con un bebé de un año y poco más, el cual corretea por todo el local a su aire. Es rubio, con los ojos marrones, feliz, protegido, y sin quebraderos de cabeza, y me recuerda a mi mismo a su edad. De repente se me acerca, con unos pasos cortos, dubitativos, como quien aprende a caminar de nuevo. Y me sonríe a carcajadas, y a la vez provoca que me heche a reír.

 

     Sólo por ese instante, pienso que ha valido la pena haberse despertado hoy, y ver amanecer un día más, deseando que cuando sea mañana, encuentre alguna cosa que de sentido a todo esto. A este mundo que parece perdido. Mientras tanto, seguiré alimentando la llama de la esperanza que hay en mi corazón, para que algún día cambie mi suerte, y poder ser feliz de una vez por todas.

 

   SENTIMENTAL -- Steven Wilson

 

 

 

EL IMPERIO EN MI MENTE



Arthur Rubinstein dijo: "No hay fórmulas para el éxito, salvo quizás la de aceptar de forma incondicional la vida de aquello que nos depara".

     Cierro una etapa de desintoxicación humana sin precedentes para mi, en el cual he finalizado un ciclo vital entero. Quizás, para ello, haya necesitado un año sabático, quizás se haya hecho demasiado largo, pero quería dejar de escribir durante un tiempo, no dar señales de mi existencia, sencillamente necesitaba desaparecer.

     Hace ya un par de años, leí la maravillosa novela de uno de mis autores actuales favoritos, el escritor barcelonés Enrique Vila-Matas. El libro se llama Dr. Pasavento. A su protagonista, un buen día le asalta una enorme duda: “¿qué ocurría en caso de desaparecer de repente?, ¿Me echaría alguien de menos?, ¿Me buscarían?”. Entonces decide llevarlo a término, y decide por voluntad propia desaparecer sin decir nada a nadie, y se muda de Barcelona a París. No os desvelo la trama, por si os pica la curiosidad y lo leéis. No es que vaya a hacer lo mismo, ni mucho menos, pero a lo largo del libro, al protagonista le asaltan dudas, y reflexiona sobre su vida hasta esos instantes, llegando a conclusiones, que en mi caso me han ayudado a encontrar esa voz en la oscuridad a la que parecía que me había sumido, que me empezaba a devorar las entrañas, y que mi corazón ha estado a punto de tirar la toalla y darlo todo por perdido.

     Es por eso que he necesitado, entre comillas, desaparecer de la blogosfera, para poder reencontrarme, poder perderme en el tiempo, mezclarme con el aire, con la gente anónima, con la naturaleza, con ese mar y su sonido purificador que tanto amo; y tener claro, sobretodo, saber que quiero para mi futuro, que espero de mi vida, y empezar a descartar cosas, personas, etc.; saber a quién quiero a mi lado, y a quién quiero lejos de mi, ya que por desgracia hay personas a las que no quiero ver en pintura nunca más en mi vida, pero que aún he de comerme en patatas durante un tiempo, aunque este tiempo corra inexorablemente a mi favor.

    Quizás he tardado demasiados años, pero por fin tengo a las personas que quiero a mi lado, a las amistades que tanto me llenan, y que espero devolverles alguna vez ese amor, ese cariño, esa comprensión que me dan tan a menudo, día a día, aunque haya veces que tardemos temporadas en vernos. No sé si les doy lo que ellos/as necesitan o esperan de mi, deseo que sea así, y que con mi amistad o mi amor incondicional les llene del mismo modo que lo hacen ellos y ellas a mi.

      Nos caemos para volver a levantarnos, más fuertes, más ilusionados si cabe. No podemos quedarnos en el suelo sentados eternamente. Corremos el riesgo que nos pisoteen. Ya no puedo esperar más a esa princesa de cuento de hadas que tiene que venir a salvar mi corazón y mi alma, sencillamente he acabado harto de buscar en rostros anónimos de tantas chicas su compromiso. Si existe en realidad mi alma gemela, creo que esta vez, en esta vida le toca a ella buscarme, le toca a ella dar el primer paso, le toca a ella pedirme que comparta el resto de mi vida con ella, que envejezca a su lado. Sencillamente, le toca a ella. Le compensaré, seguro, para el resto de la eternidad. Tendrá su principe azul, la protegeré, la desearé, la respetaré, pero por ese camino vital que he llevado hasta ahora, he perdido trozos de corazón, y no puedo perder el resto.

      Sueños. Esperanza. Ilusiones. Quizás sólo nos quede eso, pero nunca dejaré de soñar hasta que se cumplan, aunque desfallezca en el intento.

 

The Empire In My Mind – Jakob Dylan & The Wallflowers

 

     Como siempre os pongo el videoclip de la canción con la que escribo cada artículo, de este modo podréis leerlo de la misma forma con la que fue escrito, con esta música de fondo. Esta vez lo he incluido al principio, en lugar de ponerlo al final. Creo que es mejor así, y de esta manera es como lo realizaré a partir de ahora. Aunque a veces por la extensión del post, sea necesario escucharla un par de veces. Espero que esto no os moleste en exceso.